viernes, 12 de marzo de 2021

EL INVENTOR

 El inventor entró al recinto eufórico, en las manos sostenía una bola de cristal en cuyo interior una bruma densa giraba a tal velocidad que a simple vista parecía estar inmóvil. 

   ¿Qué es eso?, le preguntaron los otros inventores presentes allí. 

   Todavía no lo sé, dijo, mirando la bola. 

   ¿Y esa bruma en su interior?, preguntó alguien. 

   Tampoco sé de qué está hecha, creo que tendré que esperar a que se condense para ver qué descubro, es decir una media hora más o menos, dijo mientras sus ojos seguían contemplando su creación. 

Mientras tanto en el interior de la bola de cristal los segundos se alargaban por milenios y en medio del torbellino las partículas dispersas entre la bruma empezaban a amalgamarse, formando un puntito diminuto que, en minutos para los científicos pero en millones de años dentro de la bola, se transformará en un planeta; y  en otros millones de años se poblará de innumerables vegetales, animales y diversos organismos vivos, y en unos millones de años más uno de esos animales, provisto de entendimiento y habla, afirmará que tanto él como todas las cosas y todo lo existente más allá del planeta, fue creado por un dios y al cual le rendirá culto hasta el final de los días, es decir mientras la bola de cristal no se rompa, ni por fuera ni por dentro.

Licencia Creative Commons

EL INVENTOR por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.

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