Mi generación ha sido la última que creció con ellos.
Un día, allá por mis veinte años, me fui a vivir a Brasil, pero cuando volví, treinta y cuatro años después, los churreros de los barrios habían desaparecido; y si acaso quede alguno en los barrios del gran Buenos Aires habrá que rastrearlo con lupa para dar con él.
Una de dos: o se los tragó la tierra o se han modernizado. Yo personalmente creo que ambas cosas.
Ahora los Churros y las Bolas de Fraile se compran en churrerías y panaderías; no sé si han cambiado la receta pero no saben igual. Pasa como con los libros digitales, las palabras son las mismas, pero les falta el olor a tinta, qué sé yo.
LOS CHURREROS por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
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