domingo, 18 de octubre de 2020

UN HUEQUITO AL SOL

 La brisa fría del río la empujaba a buscar un lugar cualquiera donde alumbrara el sol. Desde la cornisa del hotel vio un huequito soleado sobre un banco de la plaza y hacia allá se dirigió a calentarse. No había alcanzado a calentarse satisfactoriamente cuando un grupo de turistas japoneses invadió la plaza y, a pesar del día despejado, casi la dejan ciega con la metralla de flashes de sus cámaras fotográficas. Como no se consideraba ninguna Miss Belleza, se preguntó qué gracia había en perpetuar su imagen sobre un banco de una plaza mugrienta y oliendo a orín. Cuando los turistas se cansaron de ella le dieron la espalda y siguieron apuntando y disparando flashes en todas direcciones, como si fueran indios desorientados. Todavía medio encandilada alcanzó a percatarse de un culo inmenso que se aproximaba reculando peligrosamente hacia ella, y si no fuera porque voló a tiempo a un costado por poco no la aplasta cuando se desplomó con un sordo "plaf". Por un instante se quedó mirando rencorosamente para aquella japonesa gorda que se apoderó de "su" huequito al sol sin pedirle siquiera por favor, pero el frío la urgió a encontrar otro hueco soleado. Y en eso estaba cuando la señora empezó a tirarle pedacitos de factura, y como tenía más hambre que frío eligió la comida. Mientras se acercaba a las migas percibió que la señora la apuntaba con la cámara. 

                                                                           

Licencia Creative Commons

Un Huequito Al Sol por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.

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