sábado, 3 de julio de 2021

EXTRAÑO DESPERTAR



   Voy a preparar el mate, dijo Aurora.

   Esta bien, respondió con voz pastosa Rodrigo, un pie en la realidad y otro en el final del sueño del que acababa de despertar. 

   El ruido de la bomba y los cacharros, desde la cocina, lo sacaron de una vez por todas de las sobras del sueño al cual porfiaba por volver a entrar. 

   Ya se había calzado las pantuflas y se abotonaba la camisa cuando presintió que no estaba solo en la habitación. Levantó la vista hacia el espejo de la cómoda, frente a él, entonces vio a un hombre dándole la espalda. 

   Rodrigo se dio vuelta de golpe y el otro hombre lo imitó. 

   Eran iguales, idénticos, y si no fuera porque detrás del otro la pared no era la misma que la que tenía a sus espaldas, podría tratarse de su reflejo; pero lo más extraño era que el otro estaba vestido igual a él: camisa a cuadros, celeste y azul, y calzoncillo blanco. 

   ¿Quién sos?, le preguntó Rodrigo, confundido. 

   ¿Quién sos?, le respondió el otro, también confundido. 

   Yo pregunté primero, además, esta es mi casa, insistió Rodrigo. 

   Yo pregunté primero, además, esta es mi casa, repitió el otro. 

   "Y todavía me toma el pelo este... este..." Rodrigo no supo cómo definirlo. 

   ¿Estaría soñando aún? Su esposa le disiparía las dudas.

   ¡Aurora, vení rápido!, le gritó a su mujer. 

   ¡Aurora, vení rápido¡, gritó el otro. 

   "Y la sigue el desfachatado". 

  ¿Qué pasa? Dale que tengo la pava en el fueg... Aurora se paró en seco debajo del marco de la puerta, llevando la mirada hacia uno y otro lado de la cama con insistencia. 

   La reacción de su esposa dio la respuesta a la pregunta que Rodrigo tenía en la punta de la lengua. 

   Aurora, recompuesta del susto, arrimó con un talón la puerta detrás de sí y sinuosamente se deslizó sobre la cama, en la cual se recostó y, llamando a los hombres con los indicadores, dijo: 

   Vengan. 

  Rodrigo y el otro se miraron, sorprendidos por la actitud de Aurora; enseguida dieron de hombros y empezaron a desabotonarse la camisa, mientras en la cocina el pito de la pava se desgañitaba avisándole a nadie que el agua ya estaba hirviendo. 

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EXTRAÑO DESPERTAR por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.

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