miércoles, 23 de septiembre de 2020

NARCISO, EL PATRÓN


Justo cuando pensaba en la posibilidad de cerrar la clínica por mala administración le llegó la salvación de la cosecha. Un famoso patrón del tráfico requería (la verdad exigió) que le cambiara la fisonomía. Ésto requería la rápida intervención quirúrgica porque la DEA le pisaba los talones, le había dicho el patrón, y él accedió. "¿Podría negarme?", se preguntó y en seguida se respondió que no. 

   ¿Qué cara quiere tener?, le preguntó al narco. 

   El patrón no había pensado en ello y, como no tenía ningún modelo en mente, le dijo que ya que estaba pagando muy bien por la operación quería que le hiciera la cara más hermosa que de la que fuese capaz. 

   El cirujano se arremangó y se puso manos a la obra; cinco horas después la operación concluyó. 

   Dos semanas más tarde, ya instalado en la nueva guarida, el patrón se sacó las vendas, y cuando se miró al espejo vio reflejado al hombre más hermoso del mundo. Al instante, extasiado con la belleza de su propia imagen, se enamoró de él mismo a primera vista, y eso fue su perdición. Porque ninguno de sus hombres pudo hacer que se moviera delante del espejo; ni cuando le avisaron que los agentes de la DEA estaban invadiendo la propiedad por los fondos, ni cuando uno de los agentes le dio la voz de prisión y ni cuando lo zamarrearon por los hombros para que atendiera lo que le estaban diciendo. 

Licencia Creative Commons
NARCISO EL PATRÓN por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.

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