Estoy descalzo y voy corriendo por un pasillo que parece infinito, sin puertas ni ventanas; en el piso hay cuerpos descuartizados desparramados, pero vivos, y las partes sueltas tienen vida autónoma. Paso por piernas que me ponen zancadillas, manos de uñas puntiagudas que me hincan los tobillos, brazos que quieren aferrarse en mí y mandíbulas de dientes afilados que me lanzan mordiscos ciegos. Lo más dificultoso es mantenerme sin resbalar en ese apestoso piso repleto de órganos, pus, vísceras, vómitos, mierda, ojos, lenguas, cabezas enteras o despedazadas y sangre viscosa que chorrea constantemente de las paredes. Me preocupa además perder el sentido por el hedor nauseabundo que casi llega a sofocarme. Sé que si me detengo seré comido y desmembrado, y pasaré a ser parte del horror. Pero poco a poco siento que las fuerzas me abandonan, ya resbalo con mayor facilidad y sé que de no despertarme pronto deberé claudicar y caer vencido. Pero sigo resistiendo y esperanzado en encontrar la salida al final del pasillo maldito, aunque es una lucha estéril, porque toda resistencia me huele a inútil.
Vuelvo a trastabillar, y a resbalar, y a sentir los arañazos y las mordidas. El aire me falta más que antes, entonces me siento caer; brazos y manos caen sobre mí; y las mordidas voraces; y las uñas en la carne. Al fin desvanezco... De pronto despierto, pero con desconcierto veo que no estoy en mi cama, sino en el piso asqueroso y demencial; con horror compruebo que no solo me faltan los brazos y las piernas, sino el cuerpo también; entonces me doy cuenta que solo soy una mente en una cabeza suelta, y que, inexplicablemente, estoy hambriento, terriblemente hambriento. Quiero morder, quiero masticar; sobretodo quiero sangre y carne, carne cruda y jugosa.
De repente el piso empieza a retumbar, enfoco la vista hacia el extremo del pasillo, en seguida se hace visible un hombre descalzo que viene corriendo hacia aquí. Las mandíbulas se me distienden, las glándulas salivales se activan y se me hace agua la boca: es la comida que está llega.
Comida por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario