En algún lugar del mundo hay un millón de ojos de un millón de soldados mirando a través de un millón de miras telescópicas con un millón de dedos sobre un millón de gatillos de un millón de fusiles apuntados a un millón de soldados iguales a ellos detrás de una línea imaginaria, que a su vez, con un millón de ojos mirando a través de un millón de miras telescópicas con un millón de dedos sobre un millón de gatillos de un millón de fusiles, apuntan en sentido contrario.
Mientras tanto, más allá de la zona del conflicto, hay dos hombres confortablemente sentados en mullidos sofás, dentro de una tienda improvisada en una pradera rodeada de perfumados pinos; fuman puros y beben, uno whisky en las rocas y coñac con café, el otro; a cada lado tienen un libro negro con el reclamo del otro y una pluma estilográfica Montblanc, pero las firmas, de llegarse a un acuerdo, deberán esperar todavía. Ahora no es el momento de negociar, sino de recordar viejos tiempos cuando ambos eran estudiantes extranjeros en Oxford. Mientras anécdotas van y anécdotas vienen, dos millones de ojos de dos millones de soldados continúan mirándose a través de dos millones de miras telescópicas de dos millones de fusiles con los cuales se apuntan con dos millones de dedos sobre dos millones de gatillos, a la espera de la orden de disparar la primera bala de las millones y millones que vendrán detrás de la primera y así regar de sangre la tierra que debiera ser el mejor lugar para vivir en paz y en hermandad, tal cual lo hacen en este exacto momento ambos líderes en la perfumada pradera.
DOS HOMBRES DETRÁS DE DOS MILLONES DE SOLDADOS por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
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