miércoles, 4 de noviembre de 2020

FUCK YOU

 


Un hombre, sentado en la terminal de colectivos de Luján, observa la conversación por señas de dos mudos, sentados cerca suyo, y que a él, por alguna oscura razón, le resulta cómica. De pronto, nota que las señas se parecen más a ademanes violentos que a simples señas de una conversación. 

   El hombre se pone tenso y se levanta. Ahora los mudos se rozan las caras con dedos frenéticos que señalan quizás mutuos agravios. El hombre empieza a caminar hacia ellos, piensa que debe intervenir a fin de evitar una pelea. Los mudos empiezan a empujarse y en seguida un par de cachetadas, errando el blanco, pasan rozándoles las mejillas. 

   Ahora el hombre corre hacia ellos, que persisten en una discusión que él presiente que va a camino de una lucha corporal, donde quizás ambos salgan heridos. 

   El hombre llega y los aparta, poniendo ambas manos sobre sus pechos, pero los mudos lo hacen a un lado y él vuelve, con dificultad, a interponerse en el medio. Siente en la cara el viento de las cachetadas que los mudos se lanzan sin parar. Sin embargo, eso lo tiene sin cuidado, solo quiere que los mudos no se lastimen. 

   ¡Paren! ¡Paren, muchachos!, les dice, aunque quizás no sea escuchado, ya que es muy probable que, además de mudos, también sean sordos. De pronto consigue empujar contra la pared a uno y cuando quiere empujar al otro, irrumpe en la escena otro hombre, que ha estado presenciando todo. 

   ¿Hey, qué piensa que está haciendo?, le dice el recién llegado. 

   ¿Cómo que qué estoy haciendo, no ve que los estoy apartando para que no se maten a golpes?, responde el apartador mientras sigue su lucha contra los peleadores. 

   ¿Y de dónde sacó que están peleando, no ve que solo están jugándole una broma?, le aclara el recién llegado. 

   ¿Cómo que una broma, y usted cómo lo sabe eso si acabó de llegar?, retruca el apartador esquivando los manotazos que pasan a centímetros de su nariz. 

   No es nada de eso, señor. Yo estaba parado detrás de usted y vi todo y, además, conozco el lenguaje de señas porque tengo una hermana muda, y a ellos también los conozco; viven cerca de mi casa, explica.

   ¿Entonces... ?, pregunta el apartador, empujando a los mudos. 

  Yo le explico: los muchachos estaban conversando sobre cualquier tontería cuando notaron que usted no les sacaba los ojos de encima, entonces pensaron hacerle una broma, fingiendo que peleaban para ver su reacción. 

  ¿Una broma, una broma de mal gusto, por cierto?, arguyó el apartador. 

  Y bueno, son chicos, responde el recién llegado. 

   ¡Son chicos!, son chicos sí, que darían buenos actores, dice el apartador mientras se mete la camisa dentro del pantalón. 

  Tiene razón, pero deje que le explique todo desde el principio: después que se propusieron jugarle la broma, este (señaló a uno) dijo: "Mira cómo se pone serio", y este otro (señaló al otro) respondió: "En cualquier momento se para", que fue el momento en que usted pareció ponerse nervioso. Después este volvió a decir: "Ya se paró", ahí fue cuando usted se paró, y este: "Sí, y mira la cara de preocupado que pone". Entonces este dijo: "Ahí viene, no te dije", y este respondió: "Sí, dale, hagamos más espamento". En eso usted empezó a caminar hacia ellos. Ahí, cuando usted empezó a correr hacia ellos, este dijo: "Dale, dale que empezó a correr", y este otro: "Seguro que piensa que nos vamos a agarrar a las piñas en serio". Y mientras usted tentaba separarnos, este dijo: "Mira cómo se desespera por apartarnos", y el otro: "Sí, pero sigamos simulando que ahora el asunto se puso bueno". Hasta que usted empezó con los gritos para que pararan; de ahí en más no dijeron nada más, sino que apenas continuaron con la pantomima. 

   ¡Pedazos de mierda!, les dice el apartador a los mudos, pero el recién llegado lo alerta de que ellos también son sordos. 

   Entonces hágame el favor de decirme qué seña corresponde a que se vayan a la mierda. En ese momento los mudos, que sabían leer los labios, estiran los brazos hacia él, cierran los puños, giran los pulsos hacia arriba, desprenden los dedos medios y un segundo después, entre risitas cómplices, salen corriendo. 

   Así es como se dice en señas, le contesta el recién llegado, aunque ya no hace falta, el apartador de peleas lo ha comprendido en el acto.

                                                                                 

Licencia Creative Commons
FUCK YOU por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.

                                                                                                                                               

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