Anoche el portero del edificio tuvo un sueño que mejor sería llamarlo de pesadilla: soñó que su mujer, doña María, lo traicionaba con Javier, el vecino nuevo del cuarto "A". Pero, oh, conincidencia, porque no es que ella soñó con Javier: soñó que él era su marido y la corneaba con Emilia, la chica del primero "C". Pero, oh, re coincidencia, porque Javier también tuvo un mal sueño: soñó que estaba casado con Emilia, y que ella le metía los cuernos con el portero. Pero, oh, requete coincidencia, porque con Emilia pasó casi lo mismo, con la diferencia que en su sueño estaba casada con el portero, y éste le bajaba el copete a doña María.
Y parece que eso de las coincidencias, váyase a saber por qué, continuó por la mañana cuando en un dado momento los cuatro coincidieron en el hall de entrada. El portero que volvía de arrojar algunas bolsas de basura, doña María que salía a comprar el pan, Emilia saliendo del ascensor y Javier emergiendo de las escaleras.
Malhumorados, rencorosos y todavía heridos se miraron con odio.
El portero fulminó con la mirada a su esposa y a Javier, Emilia, con la misma intensidad fulminante lo acribilló a él y a doña María, que por su vez hizo lo mismo con ella y Javier, que no menos que dolorido que los otros, fulminó a Emilia y al portero.
Malhumorados continuaron, rencorosos siguieron y todavía heridos ninguno le dio los buenos días a nadie.
LA MUFA por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario