martes, 3 de noviembre de 2020

LAS LETRAS

 Una mañana, se ignora el motivo del desacuerdo, se pelearon las letras del cartel, y el conflicto fue tan grande que las vocales se arrinconaron a la izquierda y las consonantes a la derecha. El dueño del establecimiento no se explicaba porque la gente amagaba ingresar y se detenía en la puerta, la indecisión en sus piernas, la turbación en la mirada, hasta que contrariadas seguían de largo. Mientras tanto en el cartel las letras divididas empezaban a dudar de las drásticas medidas que habían tomado; las vocales no estaban conformes por el modo gangoso como la gente las nombraba y, al final, no entendiendo el mensaje, seguían por la vereda buscando un establecimiento similar con miradas urgentes. Y las consonantes no estaban para menos, la gente ni las nombraba y eran leídas como se leen las siglas; y así, al igual que las vocales, en silencio se preguntaban si la discordia valdría la pena. La solución para las cuatro partes envueltas en la cuestión, consonantes, vocales, dueño del establecimiento y la gente, vino de la mano de un pobre desgraciado que las sensibilizó y las hizo recapacitar. El infeliz tenía el cachete de la cara derecho hinchado como un globo, lloraba de dolor e impotencia y le daba puñetazos desesperados a las paredes: el dolor de muelas casi lo estaba matando. De manera que las letras enemistadas se miraron de reojo y sin decirse nada se fueron arrimando, pasando unas sobre las otras y acomodándose en el orden adecuado; justo a tiempo cuando el pobre hombre levantaba la vista y dificultosamente agradecía a a Dios por haber encontrado finalmente una farmacia. 

                                                                                         

 Licencia Creative Commons

LAS LETRAS por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata

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