A la señora el juguete le resultó ingenioso: una mamá pájaro que alimentaba a sus tres polluelos, amarillo, rojo, azul y verde, dentro de un nido; en el medio del nido había un tronco con una sola rama de cuyo extremo colgaba un hilo con un gancho por donde colgaba la mamá. A través de una perilla se le daba cuerda entonces el tronco giraba y la mamá volaba en círculos. Al detenerse, la mamá dejaba caer su cabeza, con esto su pico encajaba dentro del pico abierto de uno de cuatro polluelos. El juguete era una versión del de los pescaditos que hay que pescar con una vara con imán en la punta del hilo.
La señora pensó que al hijito le agradaría. Y acertó porque en niño jugó todo el día con él.
Una maravilla.
Hasta el día siguiente cuando la cosa se tornó siniestra e irreal. Zamarreos y gritos la despertaron de golpe, era el hijo.
¿Pero que pasó, mi vida?
La señora se asomó a la puerta de la habitación del hijo y ahogó un grito con las manos: tres polluelos estaban caídos fuera del nido y la mamá pájaro alimentaba al único que quedó en el nido, el rojo, más gordo que la noche anterior.
EL JUGUETE INGENIOSO por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
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