Su oficio era lo único que lo mantenía con vida, una vida lastimosa. porque ya casi nadie en el pueblo se asombraba con su proeza de comer clavos, y el cartelito donde anunciaba "TRAGO CLAVOS Y NO ME MUERO" ya no llamaba más la atención. Hasta que vio por la televisión un reportaje donde el entrevistado decía que en los tiempos urgentes que corren la modernidad hace obsoletos hasta los oficios más nobles y al hombre no le queda otro remedio que adaptarse al sistema, es decir, reinventarse o perecer. Él estaba pensando en el asunto cuando su esposa le pidió que regara las plantas del jardín porque ella estaba atareada preparando el guiso de lentejas, pero cuando fue a agarrar el balde de zinc descubrió que estaba pinchado. El orificio era tan grande que cuando llegara al cantero ya estaría vacío. En ese momento se acordó del reportaje, entonces llenó una botella de agua, fue hasta el cantero, se paró encima de las plantas y tomó todo el contenido.
Al otro día los habitantes del pueblo que pasaban por él pudieron leer en el cartelito que estaba a su lado: "RIEGO CANTEROS DE FLORES Y VERDURAS".
REINVENTARSE por FRANCISCO A. BALDARENA se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario