El público que atestaba la plaza esperaba con expectación la nueva obra del célebre pintor. Él apoyó la tela sobre el caballete, eligió los pinceles, dispersó los colores sobre la paleta y justo cuando iba a dar la primera pincelada se le esfumó el tema de la memoria. Mantuvo por casi una hora una lucha interior con sus ideas, que se negaban con tenacidad férrea a mostrarse en su mente. El público pacientemente y en silencio continuaba atento a sus movimientos, aunque debería decirse inmovilidad, porque el pintor no movía un músculo siquiera. Temía darse vuelta y encarar aquellos miles de pares de ojos concentrados en su persona. Por fin, derrotado por la súbita amnesia, limpió la paleta, guardó los pinceles y cuando se disponía a recoger la tela del caballete escuchó el aplauso repentino de la multitud a sus espaldas. "La burla, al fin", se dijo, y muy lentamente se dio vuelta, dispuesto a encarar con dignidad la vergüenza en público. Entonces la muchedumbre lo rodeó, todos querían sacarse fotos al lado del genial pintor y de la más original de las obras del arte pop. Arte Pop por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
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