Por fin había conseguido la cita para el documento. Ya tenía todo, fotos, comprobante de domicilio, fotocopias del pasaporte y de la cédula de identidad y los antecedentes penales, de Venezuela y de Argentina. Pero no es que le salieron con que le faltaba la constancia de nacionalidad. ¿Qué payasada era esa? ¿Acaso la cédula y el pasaporte venezolanos no atestiguaban su nacionalidad? Está bien, dijo, y no bien puso el pie dentro de casa se puso a preparar algo de comer.
Al otro día cuando la mujer le alcanzó el paquete envuelto en papel aluminio, el dependiente puso cara de argentino que quiere justificar una acción, es decir, arqueó las cejas o, como se dice, puso cara de circunstancia.
¿Qué es esto?, preguntó, incrédulo.
Ábralo, m´ijo, dijo la señora, que no es una bomba. El dependiente, curioso aunque desconfiado, abrió el paquete y vio que se trataba de algo parecido a una torta frita cortada al medio y rellena con algo indescifrable, pero comestible.
Y, ¿ésto?, preguntó, más perplejo aún.
Eso es una arepa y se llama "Reina Pepiada", dijo la mujer, con cierto orgullo de la culinaria de su país.
Ah..., dijo el dependiente, los ojos puestos en la arepa, y después de unos segundos preguntó:
Pero ¿qué significa? La mujer, sorprendida por la pregunta, abriendo un poco los brazos y poniendo las palmas de las manos hacia arriba, respondió:
La constancia de nacionalidad, m´ijo. Pruébela y verá usted que soy bien venezolana.
Constancia de nacionalidad por Francisco A. Baldarena se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.Basada en una obra en https://creativecommons.org/choose/?lang=es#metadata.
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